No tome más, abuelo, y deje el vino;
no tome más, tatita, es una pena,
que son las diez, abuelito, y ni un vecino
llegó esta vez, alegrando nuestra cena.
No tome más y cuénteme una historia
del tiempo aquel en que su amor vivía,
que yo, otra vez, sentadito en sus rodillas,
lo escucharé quietita y sin hablar.
El pobre abuelo, a mi ruego,
conteniendo sus pesares,
me hizo sentar junto al fuego
y de este modo me habló:
Sierra la puerta,
la luz apaga,
que con las sombras
viene mi amor.
Esa que un día,
hace ya tiempo,
vistió de luto
mi corazón.
Si vieras vos qué criolla de ojos negros,
de blanca tez, risueña y juguetona,
de lindo andar, retrechera y comadrona,
clavel del amor florecido en mis recuerdos.
Si vieras vos con qué ansias la quería,
con cuánto afán hicimos nuestro nido...
Mas ella, cruel, destrozando mi alma, un día,
con mi mejor compañero me engañó.
Hoy que me vencen los años,
ya la muerte está en acecho,
viejo, achacoso y deshecho,
pienso que la quiero más.
Ya sabe, nieto,
la cruel herida
que en esta vida
quise ocultar.
Así, una noche,
triste y de duelo,
mi pobre abuelo
me hizo llorar.
Cuando el suburbio dormitaBajo la lluvia o en noche serena,Cruza como un alma en penaLas calles tristes una viejecita,Anda vagando hasta el albaY en las sombras se suele ocultar.¡Pobre mujer! Camina sin cesarLlevando a cuestas todo su penar...La buena gente de los barrios bajosEsos humildes que saben su historia,Dicen que un día su nietecitaLa muy malita, dejó el hogar.Y desde entonces invierno y veranoA media noche esa vieja,Vive con su amarga quejaSumida en la soledad.Y así se pierde por los arrabalesHecha una piltrafa humana,Porque en su vida tiranaNo halló más que falsedad.Como un gemido dolienteLlena de harapos, cabizbaja y mustia,Siempre se le ve silenteCon todo el peso de su negra angustia,Y maldiciendo la suerteQue en su pecho congojas dejó.Llora su fin al ver que ya perdióEl dulce amor que de ella se olvidó,Tal vez la nieta malvada y mezquinaHoy no se acuerde de su tierna abuela,Sólo se sabe que está dormidoEl pobre nido que abandonó.
Mire amigo que va a contramano,
No lehable a esa chica que se va a perder
Con cuidado que atrás valavieja
Y de vuelta y media melova a poner
No lehable a esaotra que pasa
Que tieneun marido que escalabrés
Y el garrote de lostallarines
Sobre sus espaldas lova a hacercaer
Salió a contramano
Mi amigo, alnacer
Por eso que todo
Le saleal revés
Cuidao, cuidaoconesapiba
Que se PUEDE "refalar".
Cuidaoconesaatropellada
Que está dura de pelar
Cuidao, no vayatanligero
Porque puedetropezar
Cuidao no vaya a contramano
Porque lo van a cachar
Si enla vida CAYÓ a contramano
Y QUIERE que todo le salga muybien
Yoledoyunconsejo de hermano
Que todo lo que haga, lohagaal revés
Si le agrada UNA chica muy linda
Engrupa a laviejaprimero y, después
COMOella es canchera y legusta
Conlamismavieja, haynomás, préndase
Salió a contramano
Mi amigo, alnacer
POReso que todo
Le saleal revés.
Sus ojos se cerraron Y el mundo sigue andando, Su boca que era mia Ya no me besa mas. Se apagaron los ecos De su reir sonoro Y es cruel este silencio Que me hace tanto mal...
Fue mia la piadosa Dulzura de sus manos, Que dieron a mis penas Caricias de bondad, Y ahora que la evoco Hundido en mi quebranto, Las lagrimas trenzadas Se niegan a brotar, Y no tengo el consuelo De poder llorar...
Por que sus alas tan cruel quemo la vida! Por que esa mueca siniestra de la suerte... Quise abrigarla y más pudo la muerte, Como me duele y se ahonda mi herida.
Yo se que ahora vendran caras extrañas Con su limosna de alivio a mi tormento, Todo es mentira, mentira es el lamento... Hoy esta solo mi corazón!
Como perros de presa Las penas traicioneras Celando su cariño Galopaban detras, Y escondida en las aguas De su mirada buena La muerte agazapada Marcaba su compas.
En vano yo alentaba Febril una esperanza Clavo en mi carne viva Sus garras el dolor, Y mientras en la calle En loca algarabia El carnaval del mundo Gozaba y se reia Burlandose el destino Me robo su amor...
Por que sus alas tan cruel quemo la vida! Por que esa mueca siniestra de la suerte... Quise abrigarla y más pudo la muerte, Como me duele y se ahonda mi herida.
Yo se que ahora vendran caras extrañas Con su limosna de alivio a mi tormento, Todo es mentira, mentira es el lamento... Hoy esta solo mi corazón...
Si arrastré por este mundo La verguenza de haber sido El dolor de ya no ser Bajo el ala del sombrero. Cuántas veces, embozada, Una lágrima asomada yo no pude contener
Si crucé por los caminos Como un paria que el destino Se empeño en deshacer Si fui flojo, si fui ciego, Solo quiero que hoy comprenda El valor que representa el coraje de querer.
Era, para mi la vida entera Como un sol de primavera Mi esperanza y pasión, Sabía que en el mundo no cabía. Toda la humilde alegra de mi pobre corazón
Ahora cuesta abajo en mi rodada Las ilusiones pasadas Ya no las puedo arrancar. Sueño, con el pasado que añoro, El tiempo viejo que hoy lloro Y que nunca volverá Por seguir tras de sus huellas Yo bebí incansablemente En la copa de dolor
Pero nadie comprendía Que si todo yo le daba En cada vuelta dejaba Pedazos de corazón Ahora triste en la pendiente, Solitario y ya vencido, Yo me quiero confesar, Si aquella boca mentía, El amor que me ofrecía, Por aquellos ojos brujos Yo habra dado siempre más
Era, para mi la vida entera Como un sol de primavera Mi esperanza y pasión, Sabía que en el mundo no cabía Toda la humilde alegra de mi pobre corazón Ahora cuesta abajo en mi rodada Las ilusiones pasadas Ya no las puedo arrancar Sueño, con el pasado que añoro, El tiempo viejo que hoy lloro Y que nunca volverá
Una tarde de otoño, callada, a tu barrio te vieron volver; barrio bravo, famosa cortada que entre guapos te viera perder. Se acercó un viejo amigo y te dijo: "Tu viejita esperando se fue"... Se ablandó tu guapeza al recuerdo y temblando dijiste: "Lo sé".
La noche, destiñendo los viejos conventillos, pasó por la barriada que en sombras se inundó y, recostado al muro, el viejo farolito, campana de la noche, espiando parpadeó. Lo mismo que una sombra hundida entre otras sombras, pasaste por la casa del triste callejón, donde tu pobre vieja, con la esperanza siempre de verte regresando, quemaba una ilusión.
Y una tarde, cumplido, volvías a tu barrio, tan sólo por ver la casita que tantos recuerdos sepultó de tus horas de ayer... Y viviendo el recuerdo de otrora, sollozando un perdido querer, te alejaste en la noche y ya nunca por tu barrio te vieron volver.
Mi buenos aires querido, Cuando yo te vuelva a ver, No habrá más penas ni olvido.
El farolito de la calle en que nací Fue el centinela de mis promesas de amor, Bajo su inquieta lucecita yo la vi A mi pebeta luminosa como un sol.
Hoy que la suerte quiere que te vuelva a ver, Ciudad porteña de mi único querer, Oigo la queja de un bandoneón, Dentro del pecho pide rienda el corazón.
Mi buenos aires, tierra florida Donde mi vida terminaré.
Bajo tu amparo no hay desengaño Vuelan los años, se olvida el dolor.
En caravana los recuerdos pasan Como una estela dulce de emoción, Quiero que sepas que al evocarte Se van las penas del corazón.
Las ventanitas de mis calles de arrabal, Donde sonríe una muchachita en flor; Quiero de nuevo yo volver a contemplar Aquellos ojos que acarician al mirar.
En la cortada más maleva una canción, Dice su ruego de coraje y de pasión; Una promesa y un suspirar Borró una lágrima de pena aquel cantar.
Mi buenos aires querido.... Cuando yo te vuelva a ver... No habrá más penas ni olvido...