Cuando el suburbio dormitaBajo la lluvia o en noche serena,Cruza como un alma en penaLas calles tristes una viejecita,Anda vagando hasta el albaY en las sombras se suele ocultar.¡Pobre mujer! Camina sin cesarLlevando a cuestas todo su penar...La buena gente de los barrios bajosEsos humildes que saben su historia,Dicen que un día su nietecitaLa muy malita, dejó el hogar.Y desde entonces invierno y veranoA media noche esa vieja,Vive con su amarga quejaSumida en la soledad.Y así se pierde por los arrabalesHecha una piltrafa humana,Porque en su vida tiranaNo halló más que falsedad.Como un gemido dolienteLlena de harapos, cabizbaja y mustia,Siempre se le ve silenteCon todo el peso de su negra angustia,Y maldiciendo la suerteQue en su pecho congojas dejó.Llora su fin al ver que ya perdióEl dulce amor que de ella se olvidó,Tal vez la nieta malvada y mezquinaHoy no se acuerde de su tierna abuela,Sólo se sabe que está dormidoEl pobre nido que abandonó.
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