jueves, 16 de julio de 2015

A MEDIANOCHE 1926


Cuando el suburbio dormita
Bajo la lluvia o en noche serena,
Cruza como un alma en pena
Las calles tristes una viejecita,
Anda vagando hasta el alba
Y en las sombras se suele ocultar.
¡Pobre mujer! Camina sin cesar
Llevando a cuestas todo su penar...
La buena gente de los barrios bajos
Esos humildes que saben su historia,
Dicen que un día su nietecita
La muy malita, dejó el hogar.

Y desde entonces invierno y verano
A media noche esa vieja,
Vive con su amarga queja
Sumida en la soledad.
Y así se pierde por los arrabales
Hecha una piltrafa humana,
Porque en su vida tirana
No halló más que falsedad.

Como un gemido doliente
Llena de harapos, cabizbaja y mustia,
Siempre se le ve silente
Con todo el peso de su negra angustia,
Y maldiciendo la suerte
Que en su pecho congojas dejó.
Llora su fin al ver que ya perdió
El dulce amor que de ella se olvidó,
Tal vez la nieta malvada y mezquina
Hoy no se acuerde de su tierna abuela,
Sólo se sabe que está dormido
El pobre nido que abandonó.

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