Adiós, que me voy llorando, me voy llorando y te dejo. Y aunque no te vuelva a ver, con la esperanza me alejo
¡Ay, sí, sí! ¡Ay, no, no! Ingrata, me has olvidado ¡Malhaya tu corazón!
¿Dónde están los juramentos que me hicistes una tarde? Todo lo ha llevado el viento, y en una forma cobarde ¡Ay, sí, sí! ¡Ay, no, no! Y en una forma cobarde mataste mi pensamiento.
Ingrata, mal pagadora y mala de sentimientos, que si algo hay que me devora, es el arrepentimiento
¡Ay, sí, sí! ¡Ay, no, no! Es el arrepentimiento de haberte amado hasta ahora.
És francesita "boulevardera", Tiene mi escudo la flor de lys. En alas vine de una quimera, És francesita, soy de París. Con mi silueta nerviosa y fina, Con mis brillantes y mi toilette Me ven las chicas de la Argentina Y de mí dicen... yo no sé qué.
Francesita, Flor del boulevard, No te pongas triste Nue vas a llorar. Y hay que reír Para olvidar... Francesita, Flor del boulevard.
Con mis viejitos feliz soñaba Allá en un barrio, cerca de Lyon Pero el ingrato que tanto amaba Le dio a otra femme su corazón. Partió con ella y enloquecida Seguí sus pasos desde París Mas perdí el rumbo y anclé mi vida Bajo las noches de este país.
Milonguera bullanguera, que la vas de alma de loca, la que con tu risa alegre vibrar hace el cabaret. La que lleva la alegria en los ojos y en la boca, la que siempre fue la reina de la farra y del placer.
Todo el mundo te conoce de alocada y jaranera. Todo el mundo dudaria lo que yo puedo jurar, que te he visto la otra noche, parada en una vidriera, contemplando una muñeca con deseos de llorar.
Te pregunté que tenias y me respondiste: nada. Adivinando al verte, tan turbada, que era tu intento ocultarme la verdad. La sonrisa que tus labios dibujaban quedó helada y una imprevista lágrima traidora como una perla de tus ojos fue a rodar.
Quién diria, milonguera, vos que siempre te reíste, vos que siempre te burlaste de las penas y del amor, ibas a mostrar la hilacha, poniendote seria y triste ante una humilde muñeca, modestita y sin valor.
No te aflijas, milonguita, yo te guardaré el secreto. Por mi nunca sabrá nadie que has dejado de reir, mas no vuelvas a mirar a la pobre muñequita que te recuerde los dias que ya no podrás vivir.
Rie siempre milonguera bullanguera casquivana, para que quieres amargar tu vida pensando en cosas que no pueden ser. Corre un velo a tu pasado, sé milonga, sé mundana, Para que así así los hombres no descubran tus amarguras, tus ternuras de mujer.